Me gustó Asunción




      A veces ocurre sin causa alguna. Nos alejamos  el uno del otro  cual  tuviéramos lepra.  No nos llegamos a odiar. Pero el distanciamiento que nace entre la pluma y yo,  me aleja de toda prosa, de todo intento a pensar y buscar que asome la palabra precisa, el adjetivo perfecto,  el punto aparte lapidario, e incluso esos puntos suspensivos, que ….que tanto me gustan y  que son como si te dejaran por un segundo, con la palabra amarrada en la boca.
No me nace….simplemente no me dan las ganas de escribir….y me alejo de ella.  Dejo la pluma.
Pero también hay veces que al levantarme , recuerdo la noche perra que pasé sin poder dormir, y cae en el papel mi pluma como al pasto el rocío….y le hago un poema a ese insomnio asqueroso, cual fuera mi amante de turno.  Y todo cuanto hago lo pinto de colores literarios. Raro, no?
‘’Por eso, hoy……al enterarme que llevas un mes casada, no he dicho que iba a matarme’’,….no, no, no, eso es de Rafael de León……disculpen,  no es de eso que quería hablarles….es de otra cosa. 
Es de mi viaje al Paraguay. 
Fuimos 4 amigos acompañando a nuestro querido Wanderito, a verlo jugar contra el Libertad, equipo paraguayo, en la competencia Sudamericana.  Es de eso que quiero escribir.  Porque la ensalada de sentimientos que experimenté, fue digna  de plasmarla en el momento que merecía la pena, como ahora.  No podía llegar y sentarme a escribir sin ganas.   Ese viaje merecía esta espera.  E incluso merecía esta introducción. 
Asunción, no resultó ser esa ciudad polvorienta, árida y casi  abandonada por la mano de Dios que yo siempre pensé.   Su vegetación me impactó, sus plazas llenas de árboles inexistentes en mi país, me hicieron sentir en un país tropical, con un clima espectacular, claro…..era agosto y no fui atacado por esas hordas de calor típicas de sus veranos.  Pero el tema es,  que era agradable caminar por sus calles siempre engalanadas por una arboleda constante, verde y viva.  
Me volví a encontrar con el ‘’mamón’’, esa papaya gigante con sabor fresco y suave, que acompaña todas las mañanas al desayuno.  Me admiró la carne que tienen, de una notoria superioridad a la nuestra y unos cortes,  donde el jugo se pavonea a destajo  y su textura da gusto mascarla suavemente y sin urgirse, engullirla  hecha papita, y ni hablar de sus embutido,  dignos de competirles a cualquier chanchería alemana.  Del arroz que comen, omitiré mi juicio, le ponen queso. Pero  en general su comida es barata,  y aunque no indagué en mariscos,  una sopa de un pescado de río que olvidé su nombre, casi me gustó.
La locomoción es barata y a pesar que todos nos habían dicho que los taxis eran caros, nosotros los hallamos mucho más baratos que aquí.  Es todo más barato.  Los tragos,  el hotel, todo, todo es más barato que en Chile.  Y respecto a ‘’los negocios’’ que uno puede traer de allá, es más bien en Ciudad del Este donde están las ofertas, a mucha distancia de Asunción, y nosotros no íbamos en ese plan.
La gente me gustó mucho también. Son provincianos en su más trasparente esencia.  Y no sé si por ser chilenos, pero donde fuimos, caímos parados.  La gente se mostró atenta, servicial,  explícita.
La mujer paraguaya no puedo dejarla sin mencionar. Porque también tiene sus cosas. Y las tiene muy bien puestas.  Es admirable el nivel de hermosura en la mujer paraguaya, y ojo, sea en la edad que sea……porque vi al mediodía  en el Centro, unas señoras cercanas a los 50, y también otras de menos amperes,…..que….costaba mucho no darse vuelta a mirarlas.  Y quiero insistir en esta parte, TODAS con sus cosas muy bien puestas.  Y no sé , si será por la cercanía a Brasil, pero…. pero… …cómo cuesta decir que las paraguayas,  tienen la mayoría,  unas hermosas nalgas,  Dios!!
Pero tenía que decirlo.
De noche experimentamos unos  Bares bastante agradables,  la noche paraguaya invita con su clima a una terrazita, con su traguito y una buena vista.  Y es aquí donde me quiero sentar en mis letras y pintarlas y acicalarlas, para que me puedan entender la dicha y el orgullo que uno siente, al ser porteño, wanderino, y chileno…..y  ‘’a cada rato ver pasar gente de toda edad, vistiendo su camiseta VERDE’’ , sentados cerca nuestro en otras mesas y sin habernos visto jamás, al reconocernos hinchas de wanderito, entonar con ganas, con orgullo y con fervor, , el mundialmente conocido estribillo: ‘’oleee oleee , oleee  olaaa…demos un grito, por el Wander……ATENCION WANDERINOS DE CORAZON, ESEAENE SAN SAN SAN SAN, SANTIAGO WANDER DE VALPARAÍSO !!’’…. y la gente toda miraba, y de los autos todos miraban, y de los buses miraban, de las ventanas miraban….. y el pecho se nos hinchaba  con esa pasión de ser caturros y los  brindis …..solo los brindis, calmaban esa euforia momentánea, que  tantas y tantas veces coreamos en nuestra estadía, en la hermosa , provinciana, agradable y verde, ciudad de Asunción. 
Fue invaluable el hecho de ver tanto hincha wanderino que se encalilló y fue a ver aquel partido a Paraguay.    Llegaron en charters, en micros, autos.  Y la columna de caturros que partió desde una plaza en el Centro, acaparó la atención de toda la ciudad, al oír sus cánticos y sus cuetes y bombas y petardos y banderas y bombos sonando por cuadras y cuadras.
La guinda de la torta …fue el re-encuentro con mi amiga de toda la vida, que vive junto a su encantadora familia, allá en Asunción.  Nos disfrutamos algunas pocas horas, que aún llevo y llevaré por mucho tiempo guardadas muy dentro de mí. No nos veíamos desde hace mucho tiempo. 
Y  volvimos contentos, a pesar de la derrota de nuestro querido Wanderito. Volvimos alegres y satisfechos.
Me gustó Asunción.

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